sábado, julio 09, 2011

Dignitatis Humanæ

Dignitatis Humanæ

Los siguientes son fragmentos de la declaración conciliar sobre la libertad religiosa del Concilio Vaticano II, la fiestita más importante de la ICAR durante el siglo XX y el encuentro durante el cual dicho club, supuestamente, dejó atrás costumbres medievales, se "acercó" a la realidad de la sociedad y del mundo y se "modernizó". (Curiosamente, el título de la declaración reza "Sobre la Dignidad Humana" aunque solo se refiera a la libertad religiosa.)

Al leerlo nos damos cuenta que lo que la ICAR entiende bajo el concepto de "Libertad Religiosa" es que cada hombre es libre de creer... en los dogmas de la ICAR. El razonamiento es el siguiente:

1. Axioma inicial: El Dios de la ICAR es verdad
2. -> el Hombre tiene el derecho de buscar libremente la Verdad
3. -> el Hombre tiene la obligación de encontrar libremente la Verdad
4. la Verdad es una (ver pto. 1)
5. -> el Hombre tiene la obligación de profesar la Verdad de la ICAR, "incluso hasta con el derramamiento de sangre"

Luego, la dignidad humana consiste en creer en los dogmas de la ICAR y en defender esa creencia, llegado el caso, "hasta con la violencia".

Menudo aggiornamiento ¿verdad? Pero no crean en lo que yo digo pues esto no lo digo yo, lo dijo el Concilio Vaticano II (1962-1965):

Cita textual:
"En primer lugar, profesa el sagrado Concilio que Dios manifestó al género humano el camino por el que, sirviéndole, pueden los hombres salvarse y ser felices en Cristo. Creemos que esta única y verdadera religión subsiste en la Iglesia Católica y Apostólica, a la cual el Señor Jesús confió la misión de difundirla a todos los hombres [...] Por su parte, todos los hombres están obligados a buscar la verdad, sobre todo en lo que se refiere a Dios y a su Iglesia, y, una vez conocida, a abrazarla y practicarla.

[...]

"Todos los hombres, conforme a su dignidad, por ser personas, es decir, dotados de razón y de voluntad libre, y enriquecidos por tanto con una responsabilidad personal, están impulsados por su misma naturaleza y están obligados además moralmente a buscar la verdad, sobre todo la que se refiere a la religión. Están obligados, asimismo, a aceptar la verdad conocida y a disponer toda su vida según sus exigencias.

[...]

"Dios hace partícipe al hombre de esta su ley, de manera que el hombre, por suave disposición de la divina Providencia, puede conocer más y más la verdad inmutable. Por lo tanto, cada cual tiene la obligación y por consiguiente también el derecho de buscar la verdad en materia religiosa, a fin de que, utilizando los medios adecuados, se forme, con prudencia, rectos y verdaderos juicios de conciencia.

[...]

"Procuren además los fieles cristianos, comportándose con sabiduría con los que no creen, difundir "en el Espíritu Santo, en caridad no fingida, en palabras de verdad" (2 Cor., 6, 6-7) la luz de la vida, con toda confianza y fortaleza apostólica, incluso hasta el derramamiento de sangre."


Concilio Vaticano II, "Dignitatis Humanæ". Roma, 1965.
http://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_decl_19651207_dignitatis-humanae_sp.html

Fuente: http://www.facebook.com/notes/juan-pablo-saenz/dignitatis-humanae/500821427267

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