Las
casi centenarias botellas de whisky de Bryan Fite (ABC News)Bryan Fite
quería ahorrar dinero, así que decidió hacer el cableado de su sistema
de aire acondicionado por su cuenta. Total, la faena sería simple:
levantar el falso techo sobre las vigas de su tejado y reemplazar los
cables desde el altillo; así, el ahorro podía resultar considerable. Fue
entonces cuando dio con lo que pensó que eran unas tuberías con una
forma extraña, pero nada más lejos de la realidad: resulta que, durante
un siglo, su casa había albergado unas 13 botellas de whisky de casi un
siglo de antigüedad escondidas en el falso techo.
Fite, un hombre de 40 años oriundo de St. Joseph (Missouri) había comprado la casa con la alhaja oculta en septiembre del año pasado, junto a su mujer: una vivienda construida en la década de 1850 que casi siempre había estado habitada. A juzgar por las botellas, casi todas destiladas entre 1912 y 1913 y embotelladas en 1917, debieron pertenecer a aquel inquilino que tuvo que dejar la casa para ser ingresado en un manicomio "por motivos relacionados por el alcohol". Según Fite, debió esconder esas botellas para el futuro. "Por desgracia, no tuvo la oportunidad", completa el actual dueño de las botellas.
El hallazgo podría hacerle rico. Las botellas de alcohol de antes de la Prohibición (cuando Estados Unidos vetó la fabricación, transporte y venta de alcohol entre 1920 y 1933) se venden por varias decenas de miles de dólares. Un whisky con una malta especialmente rara de los años 30 se vendió hace poco por 100.000 dólares.
A esto hay que añadirle un valor añadido: las botellas de Fite son de la variedad Celebrated Old Crow, de la marca Hellman. Al ser de 1917 corresponden a una época inmediatamente anterior a aquella en la que el Tribunal Supremo les prohibiera fabricar whisky con la etiqueta Old Crow, que pertenecía a la destilería W.A. Gaines. Es decir: que las halladas en su casa podrían ser las últimas que quedan en el mundo de ese tipo.
Curiosamente a Fite, que estaba tan dispuesto a hacer por su cuenta el cableado de su aire acondicionado, no le interesa hacerse rico con el hallazgo. De hecho, piensa quedarse las botellas y abrirlas dentro de cinco años, cuando cumplan el siglo, y beberlas con amigos. "Parte de la gracia es tenerlas en su estado original", ha dicho, explicando por que no las quiere abrir ahora. "Tengo grandes esperanzas sobre el sabor que tendrán y me da miedo abrirlas y decepcionarse".
Porque, sí, el whisky de 100 años se puede beber. Su gradación es tal que no permite que vivan organismos vivos que lo deterioren (al contrario que el vino, que se sigue fermentando en la botella). El problema es el oxígeno: según Lew Bryson, editor de la web WhiskyAdvocate.com, si las botellas están mal encorchadas, el líquido puede haberse ido evaporando y el oxígeno habrá oxidado el whisky restante.
Fite, un hombre de 40 años oriundo de St. Joseph (Missouri) había comprado la casa con la alhaja oculta en septiembre del año pasado, junto a su mujer: una vivienda construida en la década de 1850 que casi siempre había estado habitada. A juzgar por las botellas, casi todas destiladas entre 1912 y 1913 y embotelladas en 1917, debieron pertenecer a aquel inquilino que tuvo que dejar la casa para ser ingresado en un manicomio "por motivos relacionados por el alcohol". Según Fite, debió esconder esas botellas para el futuro. "Por desgracia, no tuvo la oportunidad", completa el actual dueño de las botellas.
El hallazgo podría hacerle rico. Las botellas de alcohol de antes de la Prohibición (cuando Estados Unidos vetó la fabricación, transporte y venta de alcohol entre 1920 y 1933) se venden por varias decenas de miles de dólares. Un whisky con una malta especialmente rara de los años 30 se vendió hace poco por 100.000 dólares.
A esto hay que añadirle un valor añadido: las botellas de Fite son de la variedad Celebrated Old Crow, de la marca Hellman. Al ser de 1917 corresponden a una época inmediatamente anterior a aquella en la que el Tribunal Supremo les prohibiera fabricar whisky con la etiqueta Old Crow, que pertenecía a la destilería W.A. Gaines. Es decir: que las halladas en su casa podrían ser las últimas que quedan en el mundo de ese tipo.
Curiosamente a Fite, que estaba tan dispuesto a hacer por su cuenta el cableado de su aire acondicionado, no le interesa hacerse rico con el hallazgo. De hecho, piensa quedarse las botellas y abrirlas dentro de cinco años, cuando cumplan el siglo, y beberlas con amigos. "Parte de la gracia es tenerlas en su estado original", ha dicho, explicando por que no las quiere abrir ahora. "Tengo grandes esperanzas sobre el sabor que tendrán y me da miedo abrirlas y decepcionarse".
Porque, sí, el whisky de 100 años se puede beber. Su gradación es tal que no permite que vivan organismos vivos que lo deterioren (al contrario que el vino, que se sigue fermentando en la botella). El problema es el oxígeno: según Lew Bryson, editor de la web WhiskyAdvocate.com, si las botellas están mal encorchadas, el líquido puede haberse ido evaporando y el oxígeno habrá oxidado el whisky restante.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario