El retorno de los brujos
El retorno de los brujos original "Le Matin des Magiciens" es el título de un libro publicado en 1960, subtitulado "Una introducción al realismo fantástico". Lo escribió Jacques Bergier en colaboración con Louis Pauwels y trataba temas entonces novedosos: supuestos fenómenos parapsicológicos, civilizaciones desaparecidas, el esoterismo y su conexión con el nazismo, etc. Pretendía dar comienzo a una nueva revolución cultural, y levantó una gran expectación. Fue objeto de críticas tanto elogiosas como demoledoras. En los años 1960 y 1970 se vendieron más de 2.000.000 de ejemplares en francés y otros idiomas (siendo la primera traducción española en 1962). Antes, en 1961, el éxito de El retorno de los brujos había llevado a Bergier y sus colaboradores a editar una revista mensual sobre los mismos temas, llamada Planète, del cual tras el primer número se sacaron, tras sucesivas reimpresiones, 80.000 ejemplares, no obstante el éxito inicial, la revista dejó de publicarse en 1968. Bergier en aquel entonces fue un personaje público y notorio en su momento. Incluso llegó a ser caricaturizado por Hergé en el álbum de Tintín Vuelo 714 para Sydney encarnando a Ezdanitoff, un estrambótico director de la revista "Comète" contactado e intermediario de los extraterrestres.
Quienes fueron Louis Pauwels y Jacques Bergier?
Gestación del libro
En 1953 un amigo común puso en contacto a Jacques Bergier con Louis Pauwels, periodista y escritor humanista de tendencias místicas. Aunque aparentemente no tenían mucho en común, pronto surgió la amistad y de ahí el proyecto de un libro en colaboración. Inicialmente la idea de Pauwels era escribir sobre la historia y la realidad de las sociedades secretas, pero Bergier lo convenció para ampliar los contenidos. Trabajaron juntos durante varios años. Por un lado el material de trabajo (libros, datos, casos) lo proporcionaba Bergier y la redacción final correspondía a Pauwels. El resultado final fue El retorno de los brujos, subtitulado "Una introducción al realismo fantástico" y lo publicó Gallimard en 1960. Estos son algunos de los temas que toca:
Temática
1. La alquimia. Enlazando con una crítica del positivismo y el reduccionismo cientifista heredados del siglo XIX, los autores exponen el procedimiento alquímico como muestra de un saber técnico alternativo pero no forzosamente opuesto a la ciencia moderna.
2. Las civilizaciones desaparecidas. Inspirándose en las recopilaciones de hechos extraños de Charles Fort al que califican de "Rabelais cósmico" Bergier y Pauwels consideran la posibilidad de que otras civilizaciones hayan florecido sobre la Tierra y se hayan extinguido antes de nacer la nuestra y enumeran indicios que con el tiempo se han convertido en tópicos: las pirámides egipcias, la Isla de Pascua, las pistas de Nazca, las cartas de Piri Reis, diversos textos hindúes, etc.
3. Nazismo y esoterismo. La tesis de los autores sobre la Alemania nazi es que sólo una transformación radical de la base cultural y moral permite explicar lo inexplicable, el crimen y el desastre absolutos. "En el país de Einstein y de Planck," escriben, "se empieza a profesar una 'física aria'. En el país de Humboldt y de Haeckel, se empieza a hablar de razas. Nosotros pensamos que tales fenómenos no se explican por la inflación económica." Bergier y Pauwels detallan la vinculación de la cúpula nacionalsocialista a cultos esotéricos, así como la creencia en mitologías y cosmogonías aberrantes que en determinado momento se convierten en la ciencia oficial. Las primeras páginas de "El pueblo blanco" de Arthur Machen, donde éste distingue el mal absoluto de las pequeñas, banales maldades castigadas por el código penal, les sirve para ilustrar su posición. Machen, por cierto, estaba afiliado a la Golden Dawn, una sociedad iniciática inspirada en la Rosacruz.
4. La parapsicología. Quizá uno de los pasajes más célebres del libro es el que relata un experimento telepático supuestamente organizado por la Marina de los EE.UU. en 1958: a lo largo de varias sesiones un sujeto a bordo del submarino atómico Nautilus habría intentado adivinar qué cartas sacaba al azar un aparato mecánico situado en una base en tierra firme. El porcentaje de logros habría superado con creces lo estadísticamente "normal".
¿Qué pretendían demostrar Bergier y Pauwels con todo esto? Al leer el libro proponen que la realidad podría ser mucho más compleja de lo que suponemos o imaginamos. Y que nuestra percepción de los hechos y nuestro juicio acerca de lo verdadero y de lo falso, podría estar sesgada por todos los estándares, concepciones y teorías convencionales establecidos, implícitos en el sentido común. Lo que nos parecería falso, anormal o "fantástico" podría ser simplemente lo que no cabe en la manera común de ver las cosas. Y desde ese punto de vista, mejor apartarlo, olvidarlo: condenarlo, como diría Charles Fort, maestro literario de H. P. Lovecraft. Lo que proponen Bergier y Pauwels en su obra, es que nos liberemos de prejuicios, de teorías y concepciones caducas y volvamos a mirar directa y valerosamente a los hechos cara a cara, uno a uno, por fantásticos que resulten, antes de decidir con cuáles nos quedamos. "No nos lo creemos todo," escribieron, "pero creemos que todo debe ser examinado."
Lo fantástico sería entonces lo que queda tras el velo de las apariencias del sentido común y el saber oficial. El "realismo fantástico" era para sus promotores una suerte de realismo superior o superrealismo, una síntesis integradora de poesía y ciencia capaz de desvelarnos visiones nuevas e importantes que hasta ahora se ocultaban en las sombras. En las páginas de El retorno se dan cita personajes tan diversos como el biólogo J. B. S. Haldane, el jesuita Theilard de Chardin, Arthur Clarke, Lovecraft, Borges o Meyrinck.
Temática
1. La alquimia. Enlazando con una crítica del positivismo y el reduccionismo cientifista heredados del siglo XIX, los autores exponen el procedimiento alquímico como muestra de un saber técnico alternativo pero no forzosamente opuesto a la ciencia moderna.
2. Las civilizaciones desaparecidas. Inspirándose en las recopilaciones de hechos extraños de Charles Fort al que califican de "Rabelais cósmico" Bergier y Pauwels consideran la posibilidad de que otras civilizaciones hayan florecido sobre la Tierra y se hayan extinguido antes de nacer la nuestra y enumeran indicios que con el tiempo se han convertido en tópicos: las pirámides egipcias, la Isla de Pascua, las pistas de Nazca, las cartas de Piri Reis, diversos textos hindúes, etc.
3. Nazismo y esoterismo. La tesis de los autores sobre la Alemania nazi es que sólo una transformación radical de la base cultural y moral permite explicar lo inexplicable, el crimen y el desastre absolutos. "En el país de Einstein y de Planck," escriben, "se empieza a profesar una 'física aria'. En el país de Humboldt y de Haeckel, se empieza a hablar de razas. Nosotros pensamos que tales fenómenos no se explican por la inflación económica." Bergier y Pauwels detallan la vinculación de la cúpula nacionalsocialista a cultos esotéricos, así como la creencia en mitologías y cosmogonías aberrantes que en determinado momento se convierten en la ciencia oficial. Las primeras páginas de "El pueblo blanco" de Arthur Machen, donde éste distingue el mal absoluto de las pequeñas, banales maldades castigadas por el código penal, les sirve para ilustrar su posición. Machen, por cierto, estaba afiliado a la Golden Dawn, una sociedad iniciática inspirada en la Rosacruz.
4. La parapsicología. Quizá uno de los pasajes más célebres del libro es el que relata un experimento telepático supuestamente organizado por la Marina de los EE.UU. en 1958: a lo largo de varias sesiones un sujeto a bordo del submarino atómico Nautilus habría intentado adivinar qué cartas sacaba al azar un aparato mecánico situado en una base en tierra firme. El porcentaje de logros habría superado con creces lo estadísticamente "normal".
¿Qué pretendían demostrar Bergier y Pauwels con todo esto? Al leer el libro proponen que la realidad podría ser mucho más compleja de lo que suponemos o imaginamos. Y que nuestra percepción de los hechos y nuestro juicio acerca de lo verdadero y de lo falso, podría estar sesgada por todos los estándares, concepciones y teorías convencionales establecidos, implícitos en el sentido común. Lo que nos parecería falso, anormal o "fantástico" podría ser simplemente lo que no cabe en la manera común de ver las cosas. Y desde ese punto de vista, mejor apartarlo, olvidarlo: condenarlo, como diría Charles Fort, maestro literario de H. P. Lovecraft. Lo que proponen Bergier y Pauwels en su obra, es que nos liberemos de prejuicios, de teorías y concepciones caducas y volvamos a mirar directa y valerosamente a los hechos cara a cara, uno a uno, por fantásticos que resulten, antes de decidir con cuáles nos quedamos. "No nos lo creemos todo," escribieron, "pero creemos que todo debe ser examinado."
Lo fantástico sería entonces lo que queda tras el velo de las apariencias del sentido común y el saber oficial. El "realismo fantástico" era para sus promotores una suerte de realismo superior o superrealismo, una síntesis integradora de poesía y ciencia capaz de desvelarnos visiones nuevas e importantes que hasta ahora se ocultaban en las sombras. En las páginas de El retorno se dan cita personajes tan diversos como el biólogo J. B. S. Haldane, el jesuita Theilard de Chardin, Arthur Clarke, Lovecraft, Borges o Meyrinck.
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El Retorno de los Brujos
1 comentario:
Hola, se puede leer mas acerca de libro El Retorno de los Brujos, y de la coleccion en Coleccion otros mundos
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