Cuando se plantea organizar una parrillada automáticamente se piensa en
carnes, chorizos, morcillas, chistorras, etc. Y no es sino hasta que
arriban todos los asistentes y se quiere dar inicio al conocidísimo
ritual de cocinar la carne que uno se da cuenta que faltaron ciertas
cosas.
Quizás es la perspectiva de comer una deliciosa punta, bien jugosa y
término medio, lo que no deja pensar en nada más, pero, lo que sí es
seguro, es que casi siempre son las mismas cosas las que se pasan por
alto en el momento de la organización. Para que no tenga que salir
corriendo, en último minuto, a comprar lo que se le olvidó, aquí dejamos
una lista de las cosas que frecuentemente se olvidan al hacer una parrillada.
La lista la encabeza el más importante de todos, sin el cual no se hace
nada: el carbón. Aunque parezca mentira, muchas veces en el corre y
corre de comprar las carnes, el carbón se deja en el olvido. En
ocasiones el que ofrece la parrillada le sobra carbón de alguna que haya
hecho anteriormente. Pero, cuando no es así, más vale que se apresuren
en comprar uno, ya que sin él no podrán hacer nada.
Lo del carbón lleva al segundo de la lista de
olvidados: entradas, ya sean chucherías, alguna ensalada, dip, quesos,
entre otros. El carbón se toma su tiempo para encender, por lo cual la
carne hecha a la parrilla no se hace en cinco minutos. Muchas veces los
asistentes van sin haber hecho una comida previa, por lo cual, para el momento en que se están comenzando a encender los
carbones, ya el hambre empieza a hacer de las suyas. Contar con alguno
platillo que sirva de entrada resulta fundamental en estos casos.
El que sigue es el hielo. Con este pasa algo muy parecido a lo que ocurre con el carbón: se piensa en el whisky,
en la cerveza, en el refresco, pero no en él. Los vasos y las
servilletas ocupan el cuarto lugar. Por ser secundarios respecto a la
carne y la bebida, muchas veces se olvidan. Lo bueno es que, si se está
en una casa, se puede recurrir a los vasos y servilletas que tenga el
anfitrión.
En último lugar, quizás no tan frecuentemente olvidado, se encuentra la bebida, llámese licor o refresco. El problema con ésta no es que se olvide,
sino que en la mayoría de los casos se asume que es fulanito quien la
va a traer, mientras fulanito está pensando que es zutanito al que le corresponde.
Es importante, entonces, que exista una buena organización para evitar que surjan estos pequeños obstáculos.
Hacer una lista de las cosas necesarias y, en el caso de que sea una
parrillada a contribución, coordinar con los otros invitados lo que se
va a traer son buenas soluciones.
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