El cuerpo encontrado del joven de 25 años Luis Paredes, en una escena presuntamente montada, sin sangre en el pasto y con el fusil, que es de uso común de los sectores campesinos. Foto levantada por el diario antioficialista “Abecé”.
(publicado horas antes del "golpe parlamentario", siendo el desencadenante y el "motivo fundamental" de la acusación)
En la famosísima película de Igman Bergman “El huevo de la serpiente”, estelarizada por David Carradine y Liv Ullman, lo que trata de narrar el director e intelectual sueco, es la demencial matriz embrionaria que posibilitó el surgimiento del nazismo, en una sociedad que se creía a priori (hasta antes de Hitler) como “normal”. El acercamiento necesario es que para que se den tragedias y enfrentamientos tales, es que hubo de haber indefectiblemente causas profundas “incubadas” e irresueltas para que se desaten semejantes dramas. Tomemos la misma óptica analítica para entender las razones que posibilitaron los sucesos de Curuguaty. Para hacer un análisis sostenible, los próximos dos subtítulos tendrán densidades técnicas importantes (de modo de darle una mayor sostenibilidad racional), para luego desembocar en el necesario análisis político. Veamos.
La distribución de la tierra en Paraguay
Según el Censo Agrario Nacional del 2008, nos muestra que 17 de cada 20 hectáreas de las tierras cultivables están concentradas en campos terratenientes de más de 500 hectáreas (es decir 27.807.215 has. de un total a nivel país de 32.527.075 has, lo que representa el 85,5 %, quedando sólo 4.719.860 has. en propiedades de menos de 500 has.), siendo estas decididamente conformaciones patrimoniales latifundiarias (1). Otra forma de ver esta demencial concentración de la tierra en Paraguay, es observando que de las 289.666 fincas existente en el país, son apenas 7.478 establecimientos las fincas que tienen más del rango de 500 has. c/u ya indicado (lo que representa el 2.6% del total de propiedades) (2). Si a esto agregamos que mientras los potentados pueden tener varios predios, los campesinos (con tierra) a lo sumo tienen una sola chacra y que muchas veces se trata de una propiedad familiar con numerosos hijos. Cabe también recordar y destacar que además esta estadística no analiza la cantidad de “campesinos sin tierra”, que aún son más numerosos que los poseedores, quienes pueden considerarse como “afortunados”. Estos factores hacen que la acumulación aberrante se potencie aún más en menos manos.
Podemos a esto aún adicionar la avaricia tan irresponsable como inhumana de profundización del monopolio de predios (inclusive después de Stroessner), lo que se revela en que fue expandida la frontera agraria en más de 1/3 desde la llegada de la democracia, concretamente en sólo 17 años (siendo que en 1991 habían 23.817.737 has. cultivables y a 2008 se elevaron hasta los mencionados poco más de 32 millones y medio de hectáreas). Ese es el trasfondo que posibilitó que sucedan los lamentados gravísimos conflictos.
Si desde otra perspectiva vemos que en el llamado “índice de Gini”, el método utilizado para analizar la desigualdad entre los extremos poblacionales más ricos y más pobres de los países (que va de 0 donde todos ganaran lo mismo; hasta 1 donde los ricos lo tendrían todo y los pobres literalmente nada), Paraguay de entre 147 países tomados, figura en el puesto 133 es decir sobran apenas 14 países con desigualdades peores a nivel global (3).
Incluso haciendo un análisis más fino e indagando como estamos en relación en la generación de riqueza por cada habitante en la modalidad PIB per Cápita según el método PPA (Paridad del Poder Adquisitivo) que unifica la capacidad de compra, y tomados en dólares, vemos que de nuevo Paraguay está entre los países más pobres y difiere poco dependiendo de las diversas fuentes que lo estudian. Entonces figura en el puesto 115 de entre 181 países (según el Fondo Monetario Internacional con estimaciones para 2012); o en el puesto 108 de entre 181 países (según el Banco Mundial con estadísticas de 2010); o en el puesto 117 de entre 194 con un poco más de países (según la CIA Worl Factbook con estadísticas de 2011) (4). Para decirlo de otra forma, no es lo mismo repartir una gran fortuna que una gran miseria. En ese sentido, Paraguay se encuentra en el peor de los escenarios, produce muy poco y con uno de los peores repartos con grandísimas desigualdades a nivel mundial. Y esto también es producto de un régimen mafioso y matón que se fue apoderando de los bienes y riquezas públicas, condenando a la extrema pobreza a gran parte de la población, en especial de origen rural, ya de por sí pauperizada.
Con ello es posible entender que se trataba desde hace años literalmente de una “bomba de tiempo”. Es por tanto factible apreciar sin miedo a yerros, que el actual e histórico estado de cosas era, es y será insostenible de seguir así, y tarde o temprano ocurriría, sino fuera en estos días, habría sido pasado mañana o anteayer. El embrión venenoso hace rato estaba en desarrollo.
El caso de las tierras en disputa de Curuguaty como factor aleccionador
Según la “Comisión de Verdad y Justicia” (5) en su informe entregado en agosto de 2008, en el tomo IV donde trata de “Tierras Mal Habidas”, en las páginas 37 y siguientes, referido al señor Blas Niño Riquelme, señala que existen dos fincas de 1.155 y 1.175 hectáreas de tierras adjudicadas para su adquisición a Carlos Santacruz y Rodolfo Scolari respectivamente (socios de Riquelme en la empresa “Campos Morombí SACA” constituida desde 1969 y con tierras por más de 50.000 has. en la zona de Hernandarias, Dpto. de Alto Paraná) quienes por lo mismo habrían “prestado sus nombres” a favor del conocido dirigente y empresario estronista en el ‘74 en el marco de la cínica “reforma agraria” estroniana; lo que además habrían sido claramente ilegales.
El caso es que ninguno de estos dos sujetos eran propicios para ser favorecidos con una concesión tal, puesto que le era prohibitivo a personas físicas o jurídicas concedérseles por más de 50 has. y menos si ya disponían de cantidades “latifundiarias”. Cinco meses después de la fraguada asignación para la “compra”, se terminaba de cerrar la impugnada operación ya en el ‘75 (siempre según el citado informe de la CVJ), cuando le fueran tituladas a este actual “supermercadista” y “cervecero”. Las situaciones que demostrada la maniobra, es que ambas “concesiónes” se hicieron el 6 de noviembre de 1974; ambas “titulaciones” se concretaron según resolución de IBR el mismo 23 de abril de 1975, y ambos son socios de Riquelme en “Campos Morombí SACA” (según sigue relatando el mismo) (6). Demasiadas casualidades juntas. Por todo ello, y como sería de esperar, se ha pedido que sea investigado el juez que otorgó la adjudicación de Blas N. Riquelme por el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados (7).
Otros adefesios jurídicos del estronismo contra los bienes públicos
Una de las más llamativas y que evidencian el manejo arbitrario e ilegítimo, cual si fueran los bienes públicos bienes del patrimonio personal de Stroessner, es el caso del déspota centroamericano Anastasio Somoza, derrocado por una revolución popular. El mismo informe de la CVJ (echando más luz a los desmanejos del régimen) nos revela que hasta el mismo dictador nicaragüense Somoza fue adjudicado por la “reforma agraria” ¿? estroniana, con ni más ni menos que por 8.000 has..
En cuanto a la situación de la tierra en disputa, y por lo cual sucediera la tragedia, pertenecen al estado según el interventor del Indert (Instituto Nacional de Desarrollo Rural de la Tierra), Emilio Camacho (y transcripto por el periódico “E’a” en su nota “Falta de titulos confirma que Blas N. Riquelme estaba invadiendo tierras de Marina Cue” (8)), esas tierras son propiedad pública, dado que las mismas fueron donadas al estado por la anterior poseedora “La Industrial Paraguaya SA”, y aceptada por Decreto N° 29.366, de fecha 6 de setiembre de 1967 (varios años antes de las maniobras para apropiarse por parte de privados). Paradójicamente fue declarado para la “reforma agraria” el 4 de octubre de 2004 por Decreto N° 3.532, tornando el proceder represor y este conflicto con derramamiento de sangre en un sin sentido irracional. Es por esta situación que el Poder Ejecutivo ha exigido a la Corte Suprema de Justicia que se pronuncie y dirima definitivamente el caso, dada la gravedad de lo acaecido (9).
Se debe agregar a esto que la Directora de los Registros Públicos Lourdes González, que las alrededor de 2 mil hectáreas supuestamente de “Campo Morombí SACA”, figuran a nombre de “La Industrial Paraguaya SA”. Respecto al recurso de “usucapión” (el derecho de posesión de una propiedad por el largo usufructo, según las estipulaciones legales), fue cancelado desde diciembre de 2010, inscribiéndose a nombre de la referida “La Industrial Paraguaya SA” (empresa que actualmente no existe en el país). A su vez se hallan claras disposiciones al respecto donde por un lado el Código Civil en su Art. 1.993 y luego en el Art. 1.902 expresan respectivamente “Las tierras de dominio privado de Estado y de los entes autónomos del Derecho Público no pueden ser adquiridas por usucapión” (10), y “Los inmueble de dominio privado del Estado y propiedad pública o privada de las Municipalidades no pueden adquirirse por prescripción”. Esto lo transformaría a este exsenador y todavía multiempresario, de invadido a invasor de esos suelos.
Otro tanto puede decirse del Decreto Nº 14.910, que “por la cual se declara como área silvestre protegida bajo dominio privado la reserva privada denominada Morombi”, del 8 de octubre de 2001. Es que como es concedido a favor de “Campos Morombí SACA” y decidirse que no es suya la propiedad, pues queda nulo cualquier decisión que recurra como argumento “derecho adquirido” (como lo es la “usucapión”).
Las consecuencias de un sistema estronista aún no superado
Volviendo al análisis político, es la vigencia de las injusticias subyacentes del régimen estronista el “quid de la cuestión”, el nido donde fue “empollada” la bestia, “El Origen del Mal” (para dar un nombre más que le va de suyo, de otra película de la zaga “Hannibal”, aunque de menor arte que la de Bergman). Es por ello que la usurpación “mal habida” resulta en la real causa de la luctuosa masacre ocurrida, pero también fue, entre otras, la verdadera razón de existir de un Stroessner. Es que el Gral. Stroessner no es que mató, torturó, exilió, hizo desparecer y demás, por puro gusto; eso lo podrá creer un completo… “inocente” (por decir lo menos). Un dictador así existió como tal para defender los intereses de una oligarquía (de la cual también formó parte y se aprovechó) y favorecer a su vez a sus “amigos”, es decir a su “clase social”. En otro listado del mismo informe de la “Comisión de Verdad y Justicia”, puede verse que figura hasta el propio dictador Alfredo Stroessner Matiauda como “beneficiario” de los mencionados “privilegios”; igualmente el difunto consuegro del dictador, el también Gral. Andrés Rodríguez Pedotti (quien luego diera el “golpe de estado” contra él); está por su lado en ese registro el yerno del dictador, Humberto Domínguez Dibb (que luego habría fallecido de cirrosis alcohólica), y por supuesto, igualmente el citado individuo en cuestión, cuya supuesta propiedad está en litigio, Blas Niño Riquelme (11). En otras palabras, no es que un régimen así “hizo sufrir al pueblo” por puro sadismo (ello sólo lo pueden olvidar los oportunistas muy probablemente comprometidos en alguna trapisonda canallesca); le hizo pasar a millones de paraguayos/as hambre, penurias, desnutrición, pobreza, insalubridad, mortalidad, exilio político y económico (y muchos dolorosos etcéteras más), porque mientras tanto el núcleo demencial estroniano sacaba ingentes ganancias y se apoderaba de valiosos patrimonios.
Acá no se trata de justificar violencias de ningún tipo (ni la explícita, ni la social que hasta puede considerarse aún más criminal, porque condena a muerte a niños desnutridos todos los años, por citar de las más perversas consecuencias que acarrea). De lo que se trata es de entender que de proseguir esta artera falta de distribución y pauperización masiva, los conflictos se producirán, se tomen las prevenciones que sean. El hecho es que las violencias generan más violencias.
Lo concreto es que se murieron policías y se mataron campesinos; que hoy faltan vidas humanas; que existen 18 paraguayos menos (y que podrían ser aún más), sólo por el conflicto por la defensa muy, muy discutiblemente “legal” (pero por sobre todo profundamente ilegítima) de las tierras mal habidas usurpadas en tiempos del más abominable episodio histórico encabezado por el referido régimen semi-fascita y megamalómano (12). Esto es lo verdaderamente indignante y esto también lo que se defiende por parte de los gremios burgueses ARP (Asociación Rural del Paraguay), UIP (Unión Industrial Paraguaya), entre otros.
El conservadurismo estroniano está aún vigente
En declaraciones a la BBC, la analista e historiadora Milda Rivarola sostuvo: “La transición democrática en Paraguay coincidió con una nueva concentración de tierras en manos de pocos y el país sigue siendo controlado por partidos de derecha con fuerte apoyo de terratenientes”. Además señaló también como causas de que perduren dichas situación de ultraconcentración de las tierras que “Es un problema que no se ha podido resolver desde que llegó la democracia y menos hoy en día ya que es muy rentable tener un campo para la agroindustria”. Con más contundencia la intelectual además recalcó categóricamente que: “Este gobierno (el de Lugo) prometió cambiar lo que venía pasando con las tierras, pero ahora está llegando al final de su período y las promesas no se cumplieron. Por ello la paciencia de los grupos más radicales pudiese haberse acabado y ahora todo estalló” (13). Sugería entonces que pudieran haber “infiltrados” hasta del EPP (Ejército del Pueblo Paraguayo, que ya realizara secuestros de algunos terratenientes), pero según las últimas informaciones devenidas de declaraciones de los propios involucrados en los sucesos, se trataría de una situación que se salió de control, con forcejeos de por medio, e iniciado por sólo un disparo, y que dejara la descubierto la “caja de pandora”.
Más concretamente e independientemente de la inacción gubernamental (que decididamente es una de las causas de la situación, pero que también es el “legado” de 5 gobiernos colorados además de toda la era estronista colorada), es la recurrencia de un sistema de distribución de las rentas insosteniblemente desiguales, lo que es defendido por los sectores cuyos intereses debieran ser tocados para revertir la situación y por tanto es oportunista. Y es esta situación la que no se ha revertido, siendo una de las herencias más macabras la “conformación semifeudal” de tierras durante Stroessner, claro, más el subdesarrollo productivo, el exilio económico de millones de coterráneos, etc..
Más que “infiltrados”, se trataría de una situación salida de control
Se dijeron con total irresponsabilidad desde los medios de comunicación desde versiones que afirmaban temerariamente la presencia de infiltrados del EPP, o que son campesinos decididos a levantar las armas, que hubo “francotiradores”, que fue una emboscada, o hasta que los campesinos que fueron a negociar fueron como “carne de cañón” ¿?, elucubrando una teoría que podría llamarse de los “caperos kamikazes”, etc.. Pero analicemos las informaciones últimas.
Según una versión policial se relata que: “En el centro de la escena se ve a un campesino con camisa roja, al que varios testigos identifican como el dirigente carpero Avelino Espínola (Pindú), apuntando un revólver directamente a la cabeza del jefe del Grupo de Operaciones Especiales (GEO), subcomisario Erven Lovera. Varios testigos coinciden en que Pindú fue el primero en disparar.” Como veremos en el próximo párrafo, en cualquiera de los casos sería una situación desbordada.
Mientras tanto la versión de parte de los campesino presentes, como la del hijo adolescente de uno de los campesinos caídos (obviamente no identificado en protección de su identidad por ser menor, según establece el fuero legal), si bien se pusieron en posición defensiva para cuidar la integridad de los negociadores campesinos (según sería habitual en esta clase de actos), “Al momento de negociar con los policías, tres carperos, entre ellos su padre y el dirigente Rubén Villalba, se ubicaron en posición de tiro ante un posible enfrentamiento.” Sin embargo, el operativo se les salió de las manos y sigue relatando el menor que “(…) uno de los policías le tomó del brazo a su padre y éste, que tenía un machete en mano, se resistió, por lo que Villalba, al defenderlo, le sacó un arma al agente y le disparó.” El mismo menor también señala en su relato que su padre resultó muerto y hasta “que los policías se dispararon entre ellos en medio de una confusión” (14). Rubén Villalba (que antes de morir, aunque todavía no se encontró su cuerpo, estaba trasmitiendo en directo vía celular a la radio cristiana “Fe y Alegría” de Asunción, y que al escuchar resulta textualmente escalofriante (15)) fue indicado inicialmente por la prensa y básicamente sin ningún respaldo concreto, que hasta sería integrante del EPP, dada su supuesta actuación y por tener el mismo apellido (es decir por “portación de apellido”¿¡?!) con Carmen Villalba (esta última encarcelada, y autorreivindicada como integrante de dicho grupo sedicioso).
Conclusiones
Es el estronismo, entonces, el causante de las más serias heridas que sangran a borbotones, que lejos de cicatrizar se extienden y agudizan, y para lo cual los últimos hechos no son otra cosa que sal vertida sobre ellas. Es que la “paz social” no se conseguirá con la crítica situación de los sectores populares, de la ciudadanía empobrecida y la indigente, que también tienen derechos. La condición sine qua non para ello es una reforma agraria integral y profunda. No hay otra manera de reconciliar a los más de 2 millones de paraguayos y paraguayas de los alrededor de los 6 millones y medio, y que están por fuera del sistema. Es la misma manera también de empezar a repatriar a los más de 1 millón de compatriotas que debieron ir al exterior a buscar sustento, dada la falta de oportunidades dentro de su propio país, por las sobradas causas ya expuestas.
Es por todo que o se empieza a solucionar o lastimosamente nos será imposible garantizar que no se vuelvan a producir hechos lamentables, ya sea por cansancio de padecer hambre, ya sea por oportunismo de algunos politiqueros o potentados, de modo de criminalizar las luchas, pudiera ser “armado” por pandillas paramilitares (como en Colombia que aniquilan campesinos con sicarios) hasta por parte de grupúsculos radicalizados buscando instalar otros métodos más extremos, o incluso por desborde espontáneo de un suceso (como pudiera ser lo sucedido). Esto resulta como manipular pirotecnia, se necesita pericia, pero si se volviese masiva dicha práctica, en algún momento se desatará algún accidente, lo cual también puede ser grave. Es entonces esa desigualdad la que hay que combatir. Como dijo el dirigente campesino José Rodríguez en una de sus declaraciones, “estos problemas no se solucionan enviando más armas y balas, obviamente por ese camino sólo se van a empeorar las cosas” (16) porque habría que reprimir alrededor de 2 millones de conciudadanos en situación de pauperización para acabar de esa manera con las indignaciones. Y eso es realmente lo demencial. O revertimos esta aberrante distribución de riquezas y tierras, o habrán más “Curuguaty”, y no es para nada una amenaza sino una realidad incontrastable que se repitió y lo hará siempre históricamente.
(citas requeridas, en la fuente)
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